martes, 3 de abril de 2007

Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y
más intensos que los de las gentes sociables; sus pensamientos son más graves, más extraños
y siempre tienen un matiz de tristeza. Imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente
con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo
del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en acontecimientos, aventuras,
sentimientos importantes. La soledad engendra lo original, lo atrevido, y lo
extraordinariamente bello: la poesía. Pero engendra también lo desagradable, lo inoportuno,
absurdo e inadecuado.”

La muerte en Venecia, Thomas Mann (1912)

1 comentario:

La Nena Monstruo dijo...

Ups!!! soy una de las que siempre dice esa boludez de "un dengue!!"

Que ala los proteja de mi, entonces... aunque no solo por eso jajaja.

Bueno, sigo con mi paseo bloggero. besos.